La población reclusa pertenece a un grupo de población en riesgo de exclusión social. En el año 2010 España cuenta con una población de reclusos de unas 76.000 personas de las cuales 17.612 se encuentran en Andalucía. La mayoría son hombres menores de 25 años y un porcentaje elevado son inmigrantes.
Hay diferentes tipologias:
- Detenido: Privación de libertad por el tiempo mínimo necesario para el esclarecimiento de los hechos, con un límite máximo de 72 horas, salvo casos excepcionales como detenciones relacionadas con delitos de terrorismo.
- Preso-preventivo: Privación de la libertad por el tiempo estrictamente necesario para la realización de las investigaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos. Debe tenerse en cuenta el tipo de hecho delictivo la pena que corresponde y las circunstancias personales del imputado por razón de inocencia y de los derechos establecidos por la ley.
- Penado: Condenado por sentencia firme, en el caso de ser privativa de libertad clasificado al l tratamiento penitenciario adecuado.
- Liberado: se corresponde con la última fase de cumplimiento de la condena, pudiendo ser libertad definitiva por cumplimiento total de la pena o liberado condicional.
· La clasificación puede ser de tres grados en función de los hechos, pena y personalidad del delincuente:
- Primer grado; se corresponde a régimen cerrado y se caracteriza por ser el más restrictivo y de mayor control. Será de aplicación a los internos extremadamente peligrosos o manifiestamente inadaptados, por el tiempo imprescindible, en que dure las circunstancias, que aconsejaron su aplicación.
- Segundo grado: Régimen ordinario aplicable con carácter general a los detenidos, presos y penados sin clasificar. Participan en el tratamiento y pueden disfrutar de permisos ordinarios de forma regular.
- Tercer grado: Es aplicable a los penados, clasificados directamente o por progresión en tercer grado y corresponde con el régimen de semilibertad, pudiendo realizar una actividad laboral normal en el exterior, regresando a dormir al centro y disfrutando de permiso, ordinarios de fin de semana.
Se puede diferenciarlos en tres niveles:
1. Personas con un nivel económico bueno, con experiencia previa, cierto apoyo familiar, o social. Personas de fácil reinserción. Normalmente acuden a los centros penitenciarios por faltas leves, estafas etc.
2. Personas con carencias formativas, con dificultades para la lectura y expresión, sin experiencia profesional previa, con dificultades personales y de relación, con urgencia para encontrar trabajo, no tienen apoyo económico. Estas personas necesitarán de un largo proceso de apoyo para la búsqueda de empleo.
3. Personas con muchas carencias y limitaciones intelectuales, con problemas de adicción, alto peligro de reincidencia y entorno familiar inestable, cuando existe. En estos casos es muy difícil incorporarse a los circuitos normalizados de acceso al trabajo como primera opción y han de acceder a él como través de ofertas de protección específicas.
Gema Merino Muñoz, Ana Maria García y Sandra Gómez Lara.
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